Una banda de ladrones aterroriza a la alta sociedad de la Ciudad de México en 1915. Los asesinatos, robos y secuestros se suceden mientras un detective sigue la huella de los criminales.
Estrenada el 11 de diciembre de 1919 en veinte salas de la capital del país, El automóvil gris se convirtió en la película más importante del cine silente mexicano. Su magnitud, popularidad y calidad provocaron que esta cinta se mantuviese vigente a lo largo de varias décadas. Todavía en los años sesenta no era raro encontrarla en exhibición, y su frecuente paso por la televisión también contribuyó a mantenerla viva en la imaginación de los mexicanos.
Filmada originalmente como una serie de doce episodios, la cinta de Enrique Rosas fue una verdadera superproducción que superó las expectativas del público y la crítica de su tiempo. Basada en una serie de crímenes que sacudieron a la sociedad capitalina de 1915, El automóvil gris trajo por primera vez al cine mexicano la experiencia histórica inmediata. En este sentido, la cinta es una de la más contemporáneas de su tiempo, un enorme trabajo de "cinéma vérité" que incluye dos elementos totalmente reales: el inspector Juan Manuel Cabrera interpretándose a sí mismo y la famosa escena final del fusilamiento real de los ladrones, filmada en 1915 por el propio Rosas.
A nuestros ojos, algunos de los aspectos más encantadores de El automóvil gris se localizan en sus imágenes de una Ciudad de México empolvada y fantasmal, aún no recuperada por completo del ajetreo revolucionario. Las calles solitarias a pleno mediodía, las casas lastimadas por los enfrentamientos recientes, los rostros de aquellos mexicanos que aún usaban sombrero y bastón, integran un testimonial involuntario de una capital mexicana muy diferente a la que hoy conocemos.
A pesar de su fama, El automóvil gris estuvo a punto de no llegar hasta nuestros días. En un tonto pero comprensible afán por modernizarla, la serie fue reeditada y sonorizada en 1933. La prematura muerte de Rosas (ocurrida en 1920) y la poca conciencia que existía en aquella época sobre la importancia de preservar el patrimonio fílmico hicieron que la serie sufriera pérdidas irreparables. Ausentes están hoy las conexiones entre los diferentes segmentos que la integraban, quedando solamente un esbozo de la complicada trama que ideó su director. Sin embargo, lo que existe de El automóvil gris es suficiente para emocionarnos ante sus imágenes. En la cinta aún vibra el espíritu del intrépido Rosas buscando entretener a los espectadores de aquel lejano 1919.
Estrenada el 11 de diciembre de 1919 en veinte salas de la capital del país, El automóvil gris se convirtió en la película más importante del cine silente mexicano. Su magnitud, popularidad y calidad provocaron que esta cinta se mantuviese vigente a lo largo de varias décadas. Todavía en los años sesenta no era raro encontrarla en exhibición, y su frecuente paso por la televisión también contribuyó a mantenerla viva en la imaginación de los mexicanos.
ResponderEliminarFilmada originalmente como una serie de doce episodios, la cinta de Enrique Rosas fue una verdadera superproducción que superó las expectativas del público y la crítica de su tiempo. Basada en una serie de crímenes que sacudieron a la sociedad capitalina de 1915, El automóvil gris trajo por primera vez al cine mexicano la experiencia histórica inmediata. En este sentido, la cinta es una de la más contemporáneas de su tiempo, un enorme trabajo de "cinéma vérité" que incluye dos elementos totalmente reales: el inspector Juan Manuel Cabrera interpretándose a sí mismo y la famosa escena final del fusilamiento real de los ladrones, filmada en 1915 por el propio Rosas.
A nuestros ojos, algunos de los aspectos más encantadores de El automóvil gris se localizan en sus imágenes de una Ciudad de México empolvada y fantasmal, aún no recuperada por completo del ajetreo revolucionario. Las calles solitarias a pleno mediodía, las casas lastimadas por los enfrentamientos recientes, los rostros de aquellos mexicanos que aún usaban sombrero y bastón, integran un testimonial involuntario de una capital mexicana muy diferente a la que hoy conocemos.
A pesar de su fama, El automóvil gris estuvo a punto de no llegar hasta nuestros días. En un tonto pero comprensible afán por modernizarla, la serie fue reeditada y sonorizada en 1933. La prematura muerte de Rosas (ocurrida en 1920) y la poca conciencia que existía en aquella época sobre la importancia de preservar el patrimonio fílmico hicieron que la serie sufriera pérdidas irreparables. Ausentes están hoy las conexiones entre los diferentes segmentos que la integraban, quedando solamente un esbozo de la complicada trama que ideó su director. Sin embargo, lo que existe de El automóvil gris es suficiente para emocionarnos ante sus imágenes. En la cinta aún vibra el espíritu del intrépido Rosas buscando entretener a los espectadores de aquel lejano 1919.